La
toxina botulínica se lleva utilizando en medicina estética desde hace años,
pero no es la única especialidad médica en la que se usa con fines terapéuticos
y con excelentes resultados.
Su
indicación en estética es la eliminación de las arrugas de expresión de la
parte superior del rostro, obteniéndose una mirada limpia y despejada.
Siempre
que recibo una paciente por primera vez en mi consulta y se nombra la palabra
botox, se hace un silencio y luego una exclamación “Ay no no, yo botox no, que me da miedo.” Realmente no
sé la razón de ese miedo injustificado, pues es uno de los tratamientos más seguros y con
mejores y más naturales resultados.
Es
una técnica sencilla, rápida y prácticamente indolora que permite incorporarse
inmediatamente a la vida cotidiana (muchas
de mis pacientes vienen a ponérselo al medio día y luego vuelven al trabajo sin que nadie note
nada). Los resultados se van viendo poco a poco
a lo largo de la primera semana y
cuando alguien se pone botox (vistabel)
por primera vez, y se ve el
resultado, el comentario es “Ay, pero si
esto es una maravilla, me veo estupenda,
y nadie se ha dado cuenta”.
No
deberíamos dejar que el miedo nos impida probar algo, que nos puede ayudar a sentirnos
mejor, ya que la mayoría de los resultados exagerados y antiestéticos que vemos por la calle, no se
deben al tratamiento en sí, sino a la forma en qué ese tratamiento se ha
realizado. No olvides que hay que utilizar el mejor producto, que según mi
experiencia es vistabel, y ponerse en manos de algún médico en quién confíes,
por su trayectoria profesional.
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